martes, 14 de agosto de 2012

Shhhhhhhh

Escudadas en el anonimato, cada día llegan postales decoradas al buzón de Frank Warren. Este estadounidense fue elegido la cuarta persona más influyente de Internet en 2009 por la revista Forbes. Con la velocidad vertiginosa con la que se desarrolla la red, su mérito acaso se nos antoje efímero y algo del pasado; en cambio la idea que plantea lleva mucho tiempo atormentando al ser humano y sigue peligrosamente vigente. Una información que tiende a desvelarse y que la gente tiene interés en conocer, o una obsesión de la que desesperadamente desean liberarse. Algo peligrosamente cerca del suicidio y que baila con la vergüenza. La web 'Postsecret' se basa en un concepto muy simple: pedir que la gente mande un secreto de forma anónima en una postal decorada.




Cada domingo Frank publica entre 10 y 20 nuevos secretos en su web. Otras postales las utiliza para sus libros, conferencias y exposiciones. Precisamente en una de sus conferencias, en el II Congreso de Mentes Brillantes celebrado en Madrid el pasado Octubre nos desvelaba cuáles eran los temas sobre los que más escribía la gente y como llegaba a emocionarse y estremecerse pensando en las historias que había detrás de unas pocas letras y un papel. La esperanza de encontrar a alguien a quien contarle sus secretos, haber sido violada, haber sufrido acoso escolar, divertidas manías inconfesables, fantasías eróticas, intenciones de suicidio, confesiones sobre la orientación sexual, frustaciones, mentiras, odios políticamente incorrectos, amores imposibles, traumas familiares, fobias, sueños etc. son los temas estrella del actual abanico de preocupaciones humanas. 






Pero la iniciativa no se ha quedado ahí. Una aplicación para iphone y una fundación: "International Suicide Prevention"-que creó ante la cantidad de postales que trataban el tema del suicidio o en las que el anónimo remitente anunciaba la intención de acabar con su existencia- desarrollan el proyecto hasta lo tangible de la vida. Y tan material ha sido que algunos hombres han llegado a pedir matrimonio a sus novias a través de la web. 





Una plataforma que permite a las personas compartir una información que, probablemente, en otra situación no podrían compartir con nadie. Las postales y confesiones afortunadamente se alejan del mal gusto y el morbo de webs como '¡Asco de vida!'. Aunque, como cualquier herramienta, es un arma de doble filo. Y es que todo se puede compartir y comentar. En algún caso ha habido polémica por los comentarios dedicados a alguna de las postales. Lo que es seguro es que Frank Warren ha creado todo un negocio con algo tan psicológicamente básico como es la revelación de información sensible. -"¿A quién le importa mi vida?"- pienso cuando me planteo si yo mandaría alguna postal. Pero el maravilloso y verdadero secreto es que no es mi vida, tu vida, su vida; o la de él o ella en concreto. Es el fin voluntario y anónimo de la privacidad de fulanito, un fulanito al que nadie conoce y que sigue manteniendo su secreto intacto para su círculo social. Porque lo que es y no aparece...sigue siendo secreto.   





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